Once años más tarde, he vuelto a Londres. Feliz de guiar a mis monstruítos por los lugares que ya conocía y redescubrir a través de sus ojos lo que yo vi por primera vez hace 27 años y sorprendida ante una ciudad que no para de reinventarse me preguntaba, - ¿Cómo puedes, Londres, ser tan vieja y seguir manteniendo este jovial aspecto?
Tenía una lista de los sitios que debían conocer sí o sí: Trafalgar Square, Big Ben, Museo de Historia Natural, el Museo Británico, el London Eye, Covent Garden, Portobello, Hyde Park, Regent Park, Paddintong station (porque teníamos que ver al oso Paddington!) Todo lo necesario para saber que has estado ahí.
Y a partir de ahí, relax para conocer el resto de Londres. Tengo que destacar que nos encantó un parque japonés que se encuentra en Holland Park, es tan bonito y tranquilo. Por supuesto que entramos a tiendas Cat Kidston for me, Hamleys for the children and North Trace for the husband. :)
Buscamos donde comernos las Jacket potatoes que guardábamos en nuestra memoria de la última vez, pero nada, en lugar de eso nos hartamos a las hamburguesas gourmet que tan de moda se han puesto en estos años y para ello los Byrons y los Bills con los que nos tropezábamos en cada barrio.
Querida Londres, espero que no pasen otros once años para volver a hacerte una visita; Es que vivo tan lejos, y por aquí no pasa ni el metro ni el tren, que si no, no dudes,
iba a verte cada mes.
La vista desde el London Eye
El Big Ben que me pareció rejuvenecido
Hyde Park